
Tumores de la piel y tejidos profundos
La piel es un tesoro invaluable que envuelve y protege nuestro ser. Es a través de ella que sentimos el abrazo del sol, el roce del viento y el suave tacto de los demás. Pero al estar tan expuesta, la piel es también vulnerable a diversas enfermedades, entre ellas, los temidos tumores. Por lo que no debemos esperar a que el peligro aceche para tomar medidas, debemos actuar preventivamente, cuidando nuestra piel como si de un delicado tesoro se tratara.
¡Cuidemos nuestra piel, cuidemos nuestro hogar!
Dada la relación existente con las radiaciones solares, las partes más expuestas como la cara y las manos son las que con mayor frecuencia se afectan. La extirpación de estas lesiones en las localizaciones mencionadas va a requerir, en muchas ocasiones, un procedimiento reconstructivo para evitar alteraciones funcionales y estéticas.
Debido a la importancia que la extirpación de un tumor cutáneo puede producir, es recomendable el diagnóstico previo por un especialista en dermatología mediante biopsia previa o inspección directa por dermatoscopia.
Los tumores malignos más frecuentes (de menor a mayor agresividad) son: el Epitelioma basocelular (basalioma), el Epitelioma espinocelular (carcinoma epidermoide) y el Melanoma.
Tras extirpar un tumor maligno cutáneo o que en su extensión ha afectado a la piel se requiere restaurar la cobertura cutánea y la forma, sobre todo si nos referimos al territorio facial.
Nuestros cirujanos plásticos poseen numerosos recursos para solucionar este tipo de problemas con el mínimo número de secuelas.