Operación Rizartrosis en Zaragoza: ¿En qué consiste?
La operación de rizartrosis se realiza para tratar el dolor y la limitación de movimiento en la base del pulgar, área afectada por la degeneración del cartílago. Esta condición es común en mujeres de mediana edad y puede ser resultado de lesiones o sobrecarga en la articulación.
En el Instituto Altium somos especialistas en Zaragoza en tratar esta dolencia corporal. Decir que existen distintas opciones de tratamiento, tanto quirúrgicas como no quirúrgicas, dependiendo de la severidad de la enfermedad y la respuesta a tratamientos previos. La elección del procedimiento adecuado debe ser realizada por especialistas en cirugía de mano, como nuestro especialista el doctor Julio Delgado Martínez.
Si pensáis en cirugía, os explicamos todo lo que necesitáis saber sobre la operación de rizartrosis en Zaragoza.
¿Qué es la Rizartrosis?
Como hemos adelantado, la rizartrosis es una patología común que afecta a la articulación en la base del pulgar, conocida como trapeciometacarpiana. Este trastorno significa un deterioro progresivo del cartílago, lo que genera dolor y limita la funcionalidad de la mano. Lo que vendría a ser la artrosis que afecta específicamente a la articulación trapeciometacarpiana.
Quienes la padecen, pierden la habilidad de realizar movimientos de agarre, pinza y manipulación de objetos, por ejemplo. La degeneración del cartílago en esta zona provoca un aumento del roce entre los huesos, lo que provoca inflamación, dolor y una progresiva pérdida de funcionalidad.
Esta articulación en la base del pulgar es única debido a su diseño en silla de montar, lo que permite un amplio rango de movimientos. Sin embargo, esta complejidad también la hace vulnerable a lesiones y desgastes, particularmente con el uso repetido, lo que facilita el desarrollo de la rizartrosis.
Epidemiología de la Rizartrosis
Estudios epidemiológicos indican que la rizartrosis es más prevalente en mujeres, especialmente aquellas que tienen entre 40 y 60 años. A menudo, la condición afecta a la mano dominante, aunque puede ser bilateral en algunos casos.
Por lo tanto, quienes comúnmente se someten a una operación rizartrosis son adultos mayores, ya que la patología está vinculada, en la mayoría de ocasiones, a la edad y al uso intensivo de la mano en actividades cotidianas, aunque también se sabe que este trastorno puede estar asociado a factores genéticos. Lo explicamos ahora.
Causas de la Rizartrosis
Como decimos, la predisposición genética siempre hay que tenerla en cuenta en dolencias como la rizartrosis. Algunos estudios sugieren que el riesgo de desarrollar esta afección puede aumentar si hay antecedentes familiares de enfermedades articulares, ya que las características heredadas pueden influir en la calidad del cartílago y en la estructura de las articulaciones.
Lesiones previas
Las lesiones en la articulación trapeciometacarpiana pueden desencadenar la rizartrosis. Lesiones como fracturas o esguinces que no sanan adecuadamente. Cuando la articulación se ve afectada por un trauma, puede producirse una inflamación que, a la larga, facilite el desgaste del cartílago, lo que provoca un debilitamiento de las estructuras que sostienen la articulación, aumentando la probabilidad de desarrollar esta forma de artrosis. Además, alternativas que no permiten una curación óptima pueden incrementar la posibilidad de una evolución adversa en la salud de la articulación.
Sobrecarga y uso continuado
El uso excesivo del pulgar, especialmente en actividades que requieren movimientos repetitivos, también es una causa común que puede contribuir en la aparición de la rizartrosis. Algunas profesiones y hobbies que implican la utilización constante de la mano, como la escritura, la carpintería o el uso prolongado de herramientas, pueden aumentar el riesgo de lesiones por sobrecarga.
Esta repetición de movimientos puede llevar a microtraumatismos que, con el tiempo, debilitan el cartílago y provocan dolor e inflamación.
Síntomas de la Rizartrosis
La rizartrosis se caracteriza por una serie de síntomas que pueden afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes. El principal, como ya sabéis, es el dolor en la base del pulgar.
Generalmente, la dolencia se expresa intensamente con una sensación de dolor que aumenta con la actividad. Se sufre en la realización de tareas cotidianas que requieren de agarre o movimientos precisos, que ya supondréis que pueden ser decenas a lo largo del día.
Normalmente, el dolor se alivia con el reposo, pero puede regresar al reanudar las actividades. En algunos casos, además, el dolor puede irradiarse a lo largo de la mano o hacia el antebrazo, lo que lleva a pensar a muchas personas en someterse a una operación rizartrosis en Zaragoza o en la ciudad donde residan.
Deformidades
Con el progreso de la enfermedad, los pacientes pueden notar deformidades en la articulación de la base del pulgar. Estas deformidades son una manifestación física del deterioro de la articulación y pueden incluir:
Desplazamiento o alteración en la forma natural de la articulación.
Incremento en la prominencia de los huesos en la base del pulgar.
Alteraciones en la alineación del pulgar que pueden afectar el agarre.
Las deformidades pueden surgir progresivamente a medida que la rizartrosis avanza, lo que puede ser visible incluso a simple vista en algunos casos.
Rigidez y pérdida de movilidad
A medida que la enfermedad avanza, es común que los pacientes experimenten rigidez en la articulación del pulgar. Esta rigidez puede dificultar el rango de movimiento y afectar las actividades cotidianas. Los siguientes aspectos destacan la rigidez y la pérdida de movilidad:
La rigidez tiende a ser más notable por las mañanas o después de períodos prolongados de inactividad.
La pérdida de movilidad puede impedir que el paciente realice movimientos simples, como abrir frascos o escribir.
La limitación en el movimiento, en ocasiones, puede asociarse con un aumento de la inflamación en la articulación.
La combinación de dolor, deformidades y rigidez afecta notablemente la funcionalidad de la mano, impactando las actividades diarias de quienes padecen rizartrosis.
Diagnóstico de la Rizartrosis
¿Cómo diagnosticar la rizartrosis? Al notar alguno de los síntomas que os hemos detallado, se debe someter el paciente a una evaluación clínica detallada para observar el estado de la articulación afectada. Se lleva a cabo inicialmente mediante un examen físico realizado por un médico especialista como nuestros profesionales en el Instituto Altium.
Esta fase consiste en la observación de los síntomas y la exploración de la mano afectada. Durante esta evaluación, se consideran aspectos determinantes como el historial médico del paciente (ver si hay antecedentes familiares de rizartrosis y otras condiciones articulares), la identificación de los síntomas presentados (dolor en la base del pulgar y cualquier limitación en el movimiento), la observación de deformidades visibles en la articulación trapeciometacarpiana y la evaluación de la amplitud de movimiento, prueba de fuerza y respuesta al dolor durante ciertos movimientos específicos.
Las respuestas y los signos observados durante la evaluación clínica nos ayudarán a los médicos especialistas a determinar la necesidad de realizar pruebas adicionales para corroborar el diagnóstico.
Pruebas de Imagen
A continuación, pruebas de imagen con radiografías y/o resonancias magnéticas. Se busca observar el estrechamiento del espacio articular entre el trapecio y el primer metacarpiano, los cambios degenerativos del cartílago, visibles como irregularidades o pérdida de densidad en la articulación o la presencia de osteofitos o espolones óseos que pueden indicar un proceso artrosico avanzado.
Si el caso requiere imágenes más detalladas, se pedirá como decimos una resonancia para tener una visión nítida del estado de los tejidos blandos y ligamentos que rodean la articulación. También se busca identificar si hay o no inflamación en la zona articulares que puede contribuir al dolor y limitaciones de movimiento y/o alteraciones en el cartílago articular que no han sido detectadas por radiografías convencionales.
Operación Rizartrosis: Opciones
Optar por la operación de rizartrosis cuando los tratamientos conservadores no han conseguido aliviar los síntomas, es la recomendación que siempre hacemos los profesionales. En este sentido, existen diferentes técnicas quirúrgicas, cada una con sus particularidades y objetivos específicos.
Trapectomía
La trapectomía es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes para tratar la rizartrosis. Consiste en la extirpación del hueso trapecio, ubicado en la base del pulgar, con el objetivo de reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de la mano.
El procedimiento de trapectomía generalmente se realiza bajo anestesia local. Se realiza una incisión en la parte anterior de la muñeca, a nivel de la articulación trapeciometacarpiana. El cirujano retira el hueso trapecio a través de esta incisión y, si es necesario, se pueden realizar otros ajustes en los tejidos circundantes para asegurar una recuperación adecuada.
La operación suele durar entre una y dos horas.
Ventajas y desventajas
Hay una reducción significativa del dolor en la base del pulgar y se mejora en la función de la mano y en la capacidad para realizar actividades diarias. En general, hay bajas tasas de complicaciones postoperatorias.
Sin embargo, es posible que se produzca pérdida de fuerza en la pinza entre el pulgar y el índice.
Artroplastia
La artroplastia es una operación rizartrosis que consiste en reemplazar la articulación dañada por una prótesis. Esta técnica se reserva para los casos más severos, donde hay una degeneración significativa del cartílago y deformidades visibles.
Existen diversos tipos de prótesis que se pueden utilizar en la artroplastia, como prótesis de silicona, que son flexibles y permiten cierto movimiento en la articulación, prótesis metálicas, que suelen ser más duraderas y resistentes (recomendadas para pacientes con mayor desgaste articular), y prótesis mixtas, que combinan materiales que permiten una buena adaptación funcional y tienen una larga duración.
Procedimiento de Artroplastia
La cirugía de artroplastia se realiza con el paciente bajo anestesia local o general y puede durar de 1 a 2 horas. Durante el procedimiento, el cirujano hace una incisión en la base del pulgar, retira el cartílago dañado y coloca la prótesis en su lugar, asegurando que esté correctamente alineada para restaurar la función del pulgar.
Artrodesis
La artrodesis es una opción quirúrgica que consiste en la fusión de las estructuras óseas de la articulación, lo que ofrece una solución para los casos más complejos de rizartrosis. Este procedimiento busca eliminar el dolor al inmovilizar la articulación de manera efectiva.
La intervención se realiza, generalmente, bajo anestesia de la extremidad. El cirujano hace una incisión similar a la de la trapectomía, pero en lugar de retirar el hueso, se preparan las superficies articulares para fusionarlas. Se puede utilizar injerto óseo o dispositivos de fijación para promover la fusión ósea.
Indicaciones
La artrodesis es indicada en pacientes jóvenes que precisan mantener la fuerza de la pinza y que sufren un dolor intenso que no se alivia con otros tratamientos. Aunque el objetivo es eliminar el dolor, la principal limitación es la pérdida de movilidad en la base del pulgar, lo que puede afectar tareas diarias que requieren una pinza adecuada.
Operación de Rizartrosis: Proceso
Los preparativos antes de someterse a una operación de rizartrosis en Zaragoza incluyen varios aspectos a destacar:
Evaluación médica exhaustiva: El paciente debe ser evaluado por un cirujano especializado en mano para determinar la intervención más adecuada.
Revisión de la medicación: Chequear en profundidad los medicamentos que el paciente está tomando, ya que algunos pueden interferir con la cirugía o la anestesia.
Instrucciones sobre ayuno: Generalmente, se pide al paciente que no coma ni beba nada durante varias horas antes de la cirugía.
Tras ello, recomendamos también coordinar con familiares o amigos el transporte a casa y la ayuda durante la recuperación inicial.
Duración de la operación
La duración de la intervención suele oscilar entre una y dos horas, dependiendo del tipo de procedimiento que se realice y las características individuales del paciente. El tiempo exacto puede variar en función de la complejidad del caso y las técnicas que se utilicen.
Procedimiento quirúrgico
Una operación rizartrosis se lleva a cabo bajo anestesia local, como ya hemos apuntado con anterioridad. A continuación, es momento para que el cirujano realice una serie de pasos imprescindibles para el éxito de la operación.
La cirugía comienza con una incisión en la base del pulgar. A través de esta apertura, el cirujano podrá acceder a la articulación afectada y evaluar su estado.
Dependiendo del enfoque elegido, se puede proceder a la extirpación del hueso trapecio. Si es así, el procedimiento (trapectomía) buscará aliviar la presión en la articulación y reducir el dolor. La técnica utilizada y la forma de extirpar el hueso pueden variar en función de la condición del paciente.
Colocación de prótesis (si aplica)
En algunos casos, se opta por la artroplastia, donde se coloca una prótesis en la articulación trapeciometacarpiana. Esta opción es viable en situaciones donde la degeneración es severa.
La inclusión de una prótesis requiere un cuidado especial en su colocación para garantizar la correcta funcionalidad tras la cirugía.
Resultados y expectativas
Tras someterse a una operación para la rizartrosis, los pacientes necesitan saber qué impacto en su calidad de vida va a suponer el tratamiento. La cirugía tiene un objetivo absoluto: Aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad del pulgar.
Limitación del dolor
Uno de los resultados más significativos tras la operación es la reducción del dolor en la articulación trapeciometacarpiana. La mayoría de los pacientes experimenta una disminución notable del dolor, lo que les permite realizar actividades cotidianas que anteriormente resultaban difíciles o imposibles. Esta disminución suele ser observable dentro de las primeras semanas tras la cirugía.
El éxito en la mejora del dolor puede variar según la técnica quirúrgica utilizada y el estado previo del paciente. Sin embargo, las expectativas son generalmente favorables.
Recuperación de la movilidad
Otra expectativa importante tras la operación rizartrosis es la recuperación de la movilidad del pulgar. A lo largo del proceso de recuperación, los pacientes suelen observar mejoras notables en su capacidad para mover el pulgar, lo que afecta positivamente su habilidad funcional.
Las sesiones de rehabilitación y fisioterapia serán vitales para optimizar la recuperación de la movilidad. En la mayoría de los casos, se espera que los pacientes puedan recuperar una buena parte de su rango de movimiento en un plazo de tres meses.
Conclusiones
La operación rizartrosis no solo se mide por la reducción del dolor y la mejora de la movilidad, sino que también influyen en la calidad de vida de los pacientes. Es para lo que la mayoría se mete en el quirófano.
Los cambios que se suelen observar tras someterse a esta cirugía son, principalmente, un incremento en la capacidad para realizar tareas diarias sin dolor, lo que proporciona un mayor nivel de independencia. Mejora del bienestar emocional al reducir la frustración relacionada con la limitación funcional. Posibilidad de retomar hobbies y actividades que se habían visto limitados por la dolencia.
La satisfacción general tras el procedimiento suele ser alta, particularmente entre pacientes que se comprometen a seguir las recomendaciones postoperatorias y participan en programas de rehabilitación. Estos cambios contribuyen a una vida más activa y plena, marcando una diferencia significativa en el día a día de quienes han atravesado esta experiencia quirúrgica.
En Instituto Altium llevamos a cabo decenas de intervenciones quirúrgicas de este tipo en Zaragoza a lo largo del año. La reputación de nuestro equipo médico habla por sí sola. Infórmate en nuestra clínica sin compromiso.